En 1873 nace “Los Amigos del Bien Público”, la primera cooperativa puertorriqueña. Su líder, Santiago Andrade, un carpintero puertorriqueno se dedicaba a dar servicio de salud por tarifas que varían según la edad del socio. Es aquí el comienzo de una alternativa económica y social para nuestro pueblo. El cooperativismo llegó a establecerse en la legislación puertorriqueña con la Ley 3 del 1920, estableciendo la organización y funcionamiento de las cooperativas de consumo y producción. Poco después, se establece el eximiendo del pago de contribuciones sobre la propiedad a todas las cooperativas organizadas bajo la Ley 70, aquí comienzan las organización de más cooperativas de consumo en el campo.
En la década de los 40 's la profesora Ana María O’neill tuvo acercamientos con el Movimiento Social de Antigonish en Canadá, trayendo a Puerto Rico al Padre Joseph Alexander MacDonald a ofrecer unas conferencias sobre cooperativismo en la Universidad de Puerto Rico. Luis Munoz Marin les interesó las conferencias, las cuales lo llevan a enviar una Comisión a Canadá para estudiar el desarrollo y logística del cooperativismo. Con el regreso de la Comisión se le vio favorable al desarrollo local de la legislación para organizar y educar sobre el cooperativismo. Así bien se aprueba la Ley General de Sociedades Cooperativas de Puerto Rico y el 16 de julio de 1948 se organizó la Liga de Cooperativas de Puerto Rico.
A través de la iglesia católica también se expandió el cooperativismo, organizado 35 cooperativas parroquiales. Bajo el liderato del Monsenor Antulio Parrilla Bonilla, una oficina central de Acción Social ofreció seminarios y congresos para orientar a los católicos sobre el cooperativismo. En la Universidad de Puerto Rico se crea el Instituto de Cooperativismo en 1953, el cual ofrece el grado de Bachillerato en Cooperativismo desde 1979. Por igual se estableció un Programa de Cooperativas Juveniles en el Departamento de Instrucción Pública y se crea la Administración de Fomento Cooperativo en 1957. En las décadas por venir los sectores de consumo y seguros se organizaron más aún, formando federaciones y las de consumo estableciendo un almacén central. La Ley 84 en los 60's le dio paso a la Cooperativa de Seguros de Vida y la Cooperativa de Seguros Múltiples.
El modelo cooperativista se continuó expandiendo y diversificando, en estos años eran las de transporte que formaron una federación y las gasolineras. Con la Ley 88 el 21 de junio de 1966 se crea el Banco Cooperativo de Puerto Rico. También se unen 42 cooperativas de consumo en la Cooperativa Consumidores Unidos de Puerto Rico, UNICOOP, creando la cadena de supermercados más grande del país.
Otras cooperativas que cogen auge en los 70’s y 80’s son las de ahorro y crédito. Especialmente con la aprobación de la Ley de Sociedades Cooperativas de Ahorro y Crédito, la cual autoriza la incorporación, organización, dirección, dominio y disolución de cooperativas de ahorro y crédito, definiendo sus facultades, fines y responsabilidades. La Ley 1 deroga la Ley 10 del 1ero de julio de 1947. También se logra establecer la Ley 5, ley de la Corporación de Seguro de Acciones y Depósitos (PROSAD) que permite separar el seguro tiene una cubierta de $100,000 sobre los depósitos y acciones de los socios. Las cooperativas aportan el 100% del capital del seguro y el 100% de las primas. En 1985 se aprueba la Ley 91 que autoriza a las cooperativas de ahorro y crédito a crear departamentos que ofrezcan servicios múltiples.
Se crearon departamentos de farmacia, gasolineras, funerarias, supermercados y agencias de viajes. Las cooperativas de ahorro y crédito se han convertido en empresas de mucho crecimiento económico en Puerto Rico. Estas cooperativas están integradas en cooperativas comunales abiertas, cerradas en agencias de gobierno, empresas privadas, asociaciones, uniones y cooperativas federales. Se rigen por la Ley 6, aprobada el 15 de junio de 1990 que derogó la Ley 1. Entre los servicios que ofrecen la cooperativas de ahorro y crédito se destacan cajeros automáticos, préstamos personales, hipotecarios, turísticos, estudiantiles universitarios, comerciales, financiamiento de autos, de enseres, de seguros, certificados de depósitos, cuentas de ahorro, cuentas de cheques, tarjetas de crédito, alquiler de cajas de seguridad, depósitos directos y descuentos de nómina. En octubre de 2003, celebrando el mes del cooperativismo, cerca de siete billones de dólares en activos, un millón de socios, un total de 342 cooperativas, que generan alrededor de 6,408 empleos directos es el producto de las aportaciones del Movimiento Cooperativo a la economía de Puerto Rico. El cooperativismo ha evolucionado en Puerto Rico, rescatando producción y empleos que estuvieron en riesgo de desaparecer. En los últimos años hemos visto una marcada tendencia en lo que se refiere a la creación de nuevas cooperativas que no son de ahorro y crédito.
La Juventud Nacional reconoce el cooperativismo como una gran herramienta para el desarrollo económico local. Lo fomentamos y es clave en nuestra visión económica de nuestro archipiélago. El hecho de que exista tan gran precedente y establecimiento legislativo nos facilita la tarea como pueblo para poder usarlo como alternativa a la imposición imperialista de compañías extranjeras. Al igual que nos puede ayudar a liberarnos como ecage industrial a una pequeña potencia autosuficiente.
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