La sociedad puertorriqueña tuvo una transformación interna después de la renuncia del ex-gobernante Ricardo Rosselló en el 2019. Incluso, se podría decir que la política tradicional está de camino a ser sepultada. La apatía o desinterés político existente en la juventud tuvo un despertar luego de ver el poder de marchar en las calles. Sin embargo, ante los síntomas de una sociedad que progresivamente se ha vuelto más revolucionaria, están aquellos que siempre se aprovechan del disgusto nacional para repetir un discurso desgastado. Este partido político se ha adueñado de ser el único que puede traer un “cambio” y monopolizar solamente para ellos. El Movimiento Victoria Ciudadana no vino a destruir el bipartidismo; sino a reemplazar el rol del Partido Popular Democrático. Este fenómeno se pudo observar en las elecciones del 2020. La institución del Partido Popular Democrático se ha colapsado en el municipio de San Juan, dejando de ser un partido de oposición y MVC transformándose en el nuevo partido de oposición. El Partido Nuevo Progresista ha entrado a su era dorada que poseía el PPD entre 1940-1964 debido a que, en su actualidad, poseen el monopolio de la farsa anexionista. Ante la inexistencia de una segunda vuelta electoral, el sistema electoral está diseñado para que el PNP se inmortalice en las esferas del poder, mientras que el voto independentista/colonialista se divide en múltiples partidos. Ante este panorama, el MVC ha tenido la oportunidad de educar y derrotar la ignorancia colectiva sobre los beneficios fatulos de la estadidad, sin embargo, han decidido jugar con la misma espada del PPD.
La matriz ideológica del MVC es ser anticolonialista; apoyan tanto la estadidad y la independencia como fórmulas de descolonización. El problema de este planteamiento es que tanto la estadidad y la independencia son visiones sumamente antónimas y no existe forma en que puedan llegar a un punto medio en una asamblea de estatus. Si para un referéndum de estadidad no pudieron llegar a un acuerdo, en una asamblea menos. Infiriendo que en tal asamblea que proponen gana la estadidad, es muy difícil para un independentista con valores firmes a entregar su lucha por disciplina partidista. En teoría, puede sonar lindo, pero la práctica es que una asamblea provocará la eliminación sistemática de MVC. Esto se puede ver en cómo los candidatos alternativos fuera del PNP y PPD optan por dar un discurso muñocista en que el “estatus no está en issue” para evadir etiquetas sociales con el fin de no perder votos. Este discurso populista es lo que ha llevado a MVC a tener auge. Es una clara tendencia que MVC odie la colonia porque ellos son una forclusión del PPD por la inconsistencia en lo que se definen.
Se puede utilizar como ejemplo de este fenómeno político con la “Teoría de la Herradura” del filósofo francés Jean-Pierre Faye. Los extremos se parecen, y en este caso, ambos extremos terminan idolatrando el status quo, ya sea directamente o indirectamente. En conclusión, las visiones de un estadista y un independentista nunca van a encajar por múltiples razones:
- La imposición de un lenguaje a una población que el 85% no hablan muy bien el inglés acorde al perfil narrativo de población y vivienda, Puerto Rico 2005-2009
- La eliminación de las leyes de cabotaje obstaculizaría el camino hacia la estadidad
- La desaparición de la autonomía deportiva borra parte de la identidad puertorriqueña en caso de que Puerto Rico sea estado.
- La creación de una nueva ciudadanía va a aterrar a los estadistas por la desaparición de la ciudadanía americana para sus descendientes.
- Las visiones económicas acerca de la dependencia de fondos federales no encajan con la independencia económica cooperativista.
- La imposición de impuestos federales empobreceran más a los puertorriqueños, algo que los independentistas no van a ceder.
La única forma en que Puerto Rico puede mejorar es buscando mayores libertades para llegar a una independencia económica y políticamente. Tenemos la oportunidad de educarnos más sobre las ventajas económicas y desmentir a un lado la farsa anexionista de mayor dependencia económica con fondos federales. Le toca al Movimiento Victoria Ciudadana reflexionar sobre sus contradicciones dentro de sus postulados de la agenda urgente y salir de las aguas tibias.