José de Diego es sin lugar a duda una de las figuras más importantes del movimiento independentista puertorriqueño. Su vida y trayectoria deben ser el mapa de ruta a seguir para los jóvenes que anhelan la libertad de la patria. De Diego fue un bastión de la ideología independentista durante el cambio de gobierno del español al estadounidense. En un momento en el que muchos separatistas habían abandonado el ideal con la falsa expectativa de prosperidad que surgió durante la invasión estadounidense. Principalmente a causa de las falsas consignas del General Miles. Unos abandonaron el ideal por completo, mientras otros pensaban que la lucha por la independencia debía esperar bajo el pretexto de que era un asunto que sería resuelto en otro momento. De Diego, por su parte, se mantuvo firme en el deber. Tanto así que logró forjar las bases de la corriente independentista del siglo XX.
Como miembro fundador de la fusión entre autonomistas e independentistas en el Partido Unión de 1904 se encargó de defender el ala independentista del partido. Además, consiguió que se añadiera la opción de la independencia en la Quinta Base del programa del partido que anterior a eso tenía como objetivo la estadidad y conseguir más autonomía para Puerto Rico (el “self government”). Esta última no anhelaba la soberanía de forma explica. Convirtiéndose así en el primer partido puertorriqueño que tenía en su programa la independencia como solución al estatus. Con motivos del fracaso del Partido de la Independencia de Matienzo Cintrón, Manuel Zeno Gandía y Lloren Torres, se retoma la discusión de la independencia en el Partido Unión y es de Diego el que se encarga de que en 1914 se elimine por completo la opción de la estadidad dentro del partido.
En su función de presidente en la Cámara de Delegados se opuso rotundamente a la ciudadanía americana que se impuso, finalmente un año antes de su muerte con la aprobación de la Ley Jones de 1917. Desde su puesto denunció que la ciudadanía era un engaño para perpetrar el colonialismo en la isla. De igual forma, presentó una legislación que promovía el español en las escuelas de la isla en oposición a la creciente enseñanza en inglés. Entre sus logros se destacan la creación del periódico La República, su contribución como presidente del Ateneo Puertorriqueño, poemas como “En la Brecha”, “Pomarrosas” entre muchos otros, sus ensayos que tienen una vigencia imprescindible y su representación como defensor de la independencia en la Asamblea de Ponce. A mediados de 1915 funda la Unión Antillana que se comprometía en estrechar vínculos entre las islas del caribe que compartían similitudes históricas. Y en sus últimos años de vida se tomó la tarea de buscar solidaridad para la causa de la independencia de Puerto Rico alrededor de toda Latinoamérica.
Desde mi punto de vista, José de Diego es una figura de suma relevancia en el movimiento independentista cuya importancia tiende a ser poco comentada. También creo que las observaciones más importantes en torno a su figura no se deben limitar a lo que logró en vida. Con este abandono se pierde su valor en el tránsito entre Betances y Albizu, y lo importante que fue su figura para sentar las bases de lo que en un futuro sería el Partido Nacionalista puertorriqueño. Me explico de forma breve sobre este asunto, en base a dos elementos. En primer lugar, en el contenido de sus escritos y discursos predominaba la importancia de la identidad puertorriqueña y la hispanidad que tan importante fue para el movimiento nacionalista. Y por otro lado, la preeminencia de una actitud no conformista siempre dispuesto a hacerle frente al problema del estatus de manera más combativa en comparación con otras figuras separatistas. De nuevo, otro elemento que vemos en la labor de Partido Nacionalista a través de la figura de Don Pedro. Esto último lo vemos a lo largo de la trayectoria de Diego en sus poemas y sus escritos (como, por ejemplo, en su ensayo titulado “No”). Cabe destacar que, a pesar de no haber fundado el Partido Nacionalista, fundó el Instituto Universitario José de Diego donde un grupo de sus alumnos decide crear la Asociación Nacionalista de Puerto Rico (1919), que más tarde sería el Partido Nacionalista (esto lo tomo de unas observaciones de Juan Mari Bras). En fin, de la conexión de los elementos presentados no es difícil deducir que sin la figura de de Diego no se puede concebir el movimiento nacionalista puertorriqueño.
José de Diego a través de su poesía, ensayos, legislaciones y discursos, transmitió un sentimiento de oposición al dominio estadounidense en la isla, contribuyó al fortalecimiento de la identidad puertorriqueña y resaltó la importancia de nuestro origen hispano como muro de contención contra la amenaza que representaba y sigue representando la transculturación. Sentó las bases para el movimiento nacionalista e inspiró a los líderes independentistas a no conformarse con poco, esto lo vemos en Pedro Albizu Campos, Gilberto Concepción de Gracia y Juan Mari Bras. En la Juventud Nacional creemos que la figura de De Diego debe ir más allá de ser un símbolo, su trayectoria debe significar un ejemplo de lucha y resistencia a seguir en nuestros tiempos. Por tanto, los jóvenes de la nación no pueden proyectar su figura como un mero símbolo, al contrario, deben tomar las enseñanzas del Caballero de la Raza y no claudicar ante las oposiciones que desde su tiempo nos alejaban de la lucha por la independencia.
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